“En cuanto a mí, aunque en el cuerpo no estoy presente entre ustedes, lo estoy en el espíritu; y, como si estuviera presente, he dado ya mi sentencia sobre aquel que así actúa.”
1 Corintios 5:3
Pablo tuvo que confrontar los problemas que los corintios enfrentaron, especialmente el asunto del incesto en la iglesia. Lamentablemente, los líderes no pudieron hacer frente a este pecado. Pablo por lo tanto, instruyó a los líderes en cómo tratar con un miembro que se rebela en contra de una vida de obediencia al Señor.
¿Por qué es tan difícil la confrontación? A menudo entendemos mal su propósito. Nuestra meta entre los hermanos no debería ser castigarlos o excomulgarlos, sino restaurar. La confrontación es un acto redentor de liderazgo. Así que, ¿Cuáles son los objetivos de la confrontación saludable?
- Aclaración – Voy a tener una mejor comprensión de la persona y de lo que pasó.
- Cambio – Espero lograr una mejora de ello. Y esta ¡puede estar en mí!
- Relación – Probablemente profundizaré mi relación con esta persona.
- Pureza – Cuando se corra la voz, la organización será purificada y recuperará la sobriedad.
- Respeto – La organización probablemente levantará el nivel de respeto de los miembros hacia el liderazgo.
- Seguridad – La gente se siente segura al saber que los líderes son los suficientemente fuertes para tomar una posición.
Extractado de “La Biblia del Liderazgo” de John Maxwell