Por Alberto Salcedo
“A Dios ni lo cielos lo contienen”, cuando escuchamos esa frase, nuestra mente humana y natural no tiene la capacidad de entender tremenda afirmación.
Hoy en día podemos ver varios canales de televisión sobre naturaleza. Hay muchas personas interesadas en conocer la creación de Dios. Estaba en casa cambiando los canales sin encontrar nada interesante cuando apareció un estudio sobre un cangrejo multicolor que solo habita en las aguas del mar de Hawaii. Hablaba acerca de lo único y especial que es esta especie de animal en el mundo y yo pensaba en lo maravilloso que es ver la creatividad de Dios en cada cosa que él hace.
Puedes imaginar que cada persona tiene una huella digital diferente, una nariz distinta, etc. Porque Dios se divirtió al crearnos con individualidad y exclusividad. Hay un verso poderoso donde Salomón habla acerca de la grandeza de Dios y de ¿Cómo la casa que Salomón había edificado podría contener a Dios?
“Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado?”
1 Reyes 8:27 (RVR1960)
Salomón construyó Casa para Dios, pero él en su sabiduría entendió que ese lugar físico no seria lo suficientemente espacioso o fuerte para la grandeza de nuestro Señor. En el tiempo en que se escribió este versículo, la ciencia aún no había explorado los cielos por eso quiero que este día podamos entender que Dios está más allá de lo que siquiera podemos imaginarnos
El diámetro de galaxias es de miles de millones de años luz, por eso para poder pasar de un extremo a otro nos tomaría demasiados años, por un segundo me gustaría que te imagines que ni la longitud del universo puede contener a Dios.
En la naturaleza podemos encontrar otro ejemplo increíble, los copos de nieve. Cada copo de nieve tiene una configuración precisa, exacta y única. Dios puso el limite a los mares, ese el tamaño de nuestro Dios, la magnitud del creador del universo que podría ser un multiverso por la cantidad de galaxias que se siguen descubriendo.
La batalla de todos los tiempos se realiza en nuestra mente; Dios, Satanás y nosotros mismos libramos una batalla en la que peleamos para saber a quién nos vamos a someter. La mente pelea por tomar control de la voluntad, de las emociones y de los sentimientos. El alma es un lugar de batalla también, pero básicamente en la mente pensamos, aprendemos, analizamos y también luchamos.
Vivimos como vivimos, hacemos lo que hacemos porque es lo que estamos pensando en nuestra mente y cuando no tenemos claras las cosas, estamos en tinieblas y podemos equivocarnos al tomar ciertas decisiones. Nuestro pensamiento influye mucho en lo que hacemos, en lo que decidimos y también en lo que creemos.
La grandeza de Dios va más allá de lo que podemos siquiera concebir en nuestra mente. Su creación así de diversa cuenta su gloria, habla de cuan detallista es porque no hablamos de un ser humano sino del creador de todo lo que vemos. El enemigo siempre está tratando de destruir la verdad que el Señor pone en nuestro corazón, por eso es clave que cuidemos nuestra mente, porque eso definirá nuestro futuro al saber reconocer la voz y la voluntad de Dios para cada uno.
En las páginas de la Biblia encontramos la historia de Dios buscándonos, un Dios amoroso e infinito a quien amamos y seguimos. Tú vida y el propósito que Dios tiene para ti va más allá que solo hacer y obedecer porque en medio de la voluntad de Dios lo más bello es que lo conoceremos a Él y en su creación descubriremos cada día una parte más de su amor y de su carácter.
Te animo a que te comprometas a un más en tu relación con Dios y que cada día aprendas una nueva forma como Dios te ama y dio a su hijo único por ti.
¡Ten una semana bendecida!