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Lee Grady

Hace aproximadamente 17 años, hice una muy peligrosa oración, mientras estaba tendido en el piso de mi iglesia, cerca de Orlando. Repetí estas palabras de Isaías 6:8: “Heme aquí. Envíame a mí.” Y luego me encogí. Sabía que Dios me metería en un buen lío, usándome para tocar a otros para Cristo.´

Yo quería que Dios me usara, pero estaba consciente de que no es que simplemente salimos y comenzamos a ministrar en nuestros propios términos. Dios se inclina y quebranta a quienes hablan por Él. Él requiere de una completa rendición. Tenía que dejar de lado los temores, ajustar actitudes y cambiar prioridades.

Se ha convertido en algo muy popular hoy en día, sugerir que Dios puede usar a cualquiera. Es verdad que Él no muestra favoritismo basado en la raza, edad, género, historia marital, fracasos pasados o nivel de ingresos. Sin embargo, los estándares nunca se han bajado; Él solo usa seguidores humildes, obedientes y consagrados.

Muchos cristianos nunca serán útiles en el reino, debido a la mentalidad o comportamiento que limita el fluir del Espíritu Santo, o, como el apóstol Pablo dijo en Gálatas 2:21, “frustrar la gracia de Dios.” ¡Yo no quiero frustrar Su gracia! Si quieres que Dios te use, asegúrate de no caer en ninguna de estas categorías:

  1. Cristianos del asiento del conductor. Jesús no es solo nuestro Salvador; Él es nuestro Señor, y quiere guiar nuestras decisiones, dirigir nuestros pasos y rechazar nuestras decisiones egoístas. Hay muchos creyentes que disfrutan los beneficios de la salvación, sin embargo nunca ceden el control a Dios. Si quieres que te use, entonces debes deslizarte del asientos del conductor, y dejar que Jesús conduzca. Si tienes un problema con tu voluntad, aprende a orar: “No se haga mi voluntad, sino la Tuya” (Lucas 22:42)
  2. Los del sillón de la crítica. Hay algunas personas que se enrollan las mangas y sirven al Señor; hay otras que lo hacen para analizar y desmenuzar a quienes están haciendo la obra de Dios. El diablo es el Acusador, así que, si están acusando a otros, estás operando en el espíritu de Lucifer. El Espíritu Santo no trabaja a través de personas que están amargadas, enojadas o que juzgan.
  3. Los pesimistas del vaso medio vacío. Muchos cristianos hoy en día, están preocupados acerca de qué están haciendo los pecadores, y algunos, pasan horas tratando de predecir cuándo se levantará el anticristo, o cuando será el fin del mundo. Mientras tanto, hay otros cristianos que se enfocan en ganar al perdido para Jesús, y mostrar Su compasión al mundo herido. ¿Quiénes crees que llevarán más fruto? ¿El pesimista del fin del mundo, o el evangelista esperanzador?
  4. Cristianos de mentalidad carnal. Se ha puesto de moda hoy en día, que los creyentes bajen el estándar del comportamiento moral, al punto de que, todo vale. Cristianos no casados que viven juntos, algunos pastores están experimentando con el adulterio, y algunas denominaciones han votado para aceptar las relaciones homosexuales. No te dejes engañar. El hecho de que más y más personas están subiéndose a ese tren de moda, no significa que Dios ha reescrito Su Palabra eterna. Las personas que viven en el pecado, no pueden ser instrumentos del Espíritu Santo. 2 Timoteo 2:21 dice claramente: “Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.” Nuestra utilidad para Dios está basada en, si nos hemos sometido al proceso de santificación o no. La santidad no es una opción.
  1. Los desertores de la iglesia. No ganaré un concurso de popularidad por decir esto, pero es verdad: Dios no usa a gente que se ha alejado de la iglesia. Hoy en día, está de moda, abandonar la iglesia; algunas personas han establecido incluso “ministerios” para atraer a los cristianos fuera de la iglesia, a un desierto espiritual de aislamiento. La mayor parte de estos atacantes de la iglesia, están amargados porque tuvieron una mala experiencia con un pastor. Solo tengo compasión por cualquier víctima de abuso espiritual. Pero nadie tiene el derecho de derribar la obra de Dios, solo porque un líder espiritual, le ha lastimado. La iglesia es el Plan A de Dios, y no tiene una alternativa. Si vamos a ser usados por Dios, debemos conectarnos a la iglesia, y aprender a fluir con su liderazgo, ordenado por Dios.
  1. Los tímidos cobardes. Cuando Pablo envió a Timoteo a Éfeso, como pionero de la iglesia allí, le exhortó a liberarse del temor. Escribió: “Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor” (2 Tim. 1:8). El temor tiene el poder de paralizar. Todos aquellos que se rinden al llamado de Dios, deben abrir valientemente sus bocas, defender la fe, arriesgar su reputación y sufrir el rechazo, y posible persecución. Si tienes miedo de compartir el evangelio, arrepiéntete de tu temor, y pídele a Dios, valentía santa.
  2. Los espectadores flojos. Muchos cristianos hoy en día, piensan que seguir a Dios significa estar en los 90 minutos del servicio, por reloj, antes de irse a pasear. Leemos rápidamente los devocionales en nuestro celular, y respiramos corta oraciones durante nuestros viajes al trabajo por la mañana. Pero en algún lugar de este siglo 21 de estrés, perdimos el significado del discipulado.

Si quieres que Dios te use, debes tomar Su llamado seriamente, y convertirte en un estudiante enfocado de Su Palabra y un guerrero de oración apasionado. Los apóstoles del primer siglo declararon: “Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra.” (Hechos 6:4). Las personas sin entusiasmo, nunca cambiaron el mundo. Debes ser dedicado, comprometido y apasionado, si quieres hacer el máximo impacto espiritual.

Vía: Charisma Magazine

Acerca de Toto Salcedo

Comunicador Radio-TV RR.SS Libro: Revolucion desde adentro Pastor EKKLESIA

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