Sin duda, has compartido un suspiro. Si tienes adolescentes, has suspirado. Si has sido cuestionado en tus motivaciones o tus mejores actos de amor han sido rechazados, has sido obligado ¡A tomar un profundo respiro y dejar escapar un suspiro de dolor!
Me doy cuenta que hay un suspiro de alivio, un suspiro de expectación, incluso un suspiro de gozo. El apóstol. Pablo habló de este suspiro. Él dijo que los cristianos suspiraremos todo el tiempo que estemos en la tierra y anhelaremos el cielo. Todos estos suspiros vienen de la misma ansiedad; un reconocimiento del dolor que nunca se quiso, o la esperanza aplazada. El hombre no fue creado para estar separado de su creador; es por eso que suspira, anhelando el hogar.
Y Dios suspira, gime por su pueblo. Gime por el día cuando todos los suspiros cesarán, cuando lo que estaba destinado a ser – ¡Será!
Vía: Max Lucado
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