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Dr. F. Dean Hackett 

¿Cómo una persona sabe si ha sido engañada?

El gran peligro del engaño es no saber que se ha sido engañado a menos que algo abra los ojos a la verdad. Jesús dijo, “Pero si tu visión está nublada, todo tu ser estará en oscuridad. Si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué densa será esa oscuridad!” (Mat. 6:23)

Es esa misma condición acerca de la que nos advirtió el apóstol Pablo en los últimos días.

«El malvado vendrá, por obra de Satanás, con toda clase de milagros, señales y prodigios falsos. Con toda perversidad engañará a los que se pierden por haberse negado a amar la verdad y así ser salvos. Por eso Dios permite que, por el poder del engaño, crean en la mentira. Así serán condenados todos los que no creyeron en la verdad sino que se deleitaron en el mal.” (2 Tes. 2:9-12)

Los últimos días estarán marcados por un nivel de extremo engaño que el apóstol llama poder del engaño.

No es sólo la prensa y los medios de comunicación dando información errónea. Es más que líderes que están mintiendo a la gente, y un sistema de educación revisionista. La gente se ha negado a “recibir el amor de la verdad.”

¿Cómo puede un creyente evitar caer preso del “poder del engaño”?

Jeremías describió un tiempo así en la historia de Israel. “Algo espantoso y terrible
ha ocurrido en este país. Los profetas profieren mentiras, los sacerdotes gobiernan a su antojo, ¡y mi pueblo tan campante! Pero, ¿qué van a hacer ustedes cuando todo haya terminado?” (Jer. 5:30-31)

Debido a que la gente no “recibirá el amor de la verdad,” se les da a creer “la mentira,” no solo las mentiras del gobierno, o de la historia revisionista. Se dan a “la mentira.” Es la misma mentira que Adán y Eva creyeron cuando fueron confrontados por la serpiente, en el Jardín del Edén. “Dios sabe muy bien que, cuando coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal.” (Gén. 3:5).

Como hombres y mujeres que se niegan a “recibir el amor de la verdad,” asumen la autoridad para determinar el estándar de lo que está bien y mal, de lo que es la verdad y lo que es el error, lo bueno y lo malo.

Cuando los seres humanos asumen dicha autoridad, la verdad se convierte en una mentira, lo correcto se convierte en error, y lo bueno en malo. La gente ama hacerlo de esta manera, y su placer se encuentra en aquellas cosas conocidas en un tiempo como incorrectas y malas.

El comportamiento que Dios llama una abominación, se hace aceptable.

Los pastores y predicadores de la tierra, reescriben el estándar de la santidad, para adaptarse a lo que es correcto políticamente, y la tolerancia de la cultura.

Incluso la verdad, una vez conocida, se corroe.

En medio de este fuerte engaño, la iglesia revisa el carácter y la naturaleza de Dios. Su amor y gracia excusa el comportamiento malvado. Han caído en el error del Salmo 50:21, “Has hecho todo esto, y he guardado silencio; ¿acaso piensas que soy como tú?”

¿Ves esta condición ahora en la iglesia? Vivimos en la misma condición descrita por el apóstol Pablo.

¿Cómo puede un creyente evitar caer preso del “poder del engaño”?

  1. Debe preguntarse seriamente, “¿Recibo el amor de la verdad?” El Salmista declaró, “¡Cuánto amo yo tu ley! Todo el día medito en ella.” (Sal. 119:97).
  2. Debe enamorarse de la infalible, inequívoca, absolutamente verdadera y santa Palabra de Dios.

«Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos, sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella. Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera!” (Sal. 1:1-3)

  1. Los creyentes deben estar comprometidos para defender los principios y preceptos fundamentales de la Palabra de Dios, y hacerlos el estándar y norma por los cuales viven su vida. no es suficiente solo decir que crees que es infalible, debes vivirlo diariamente.

«Queridos hermanos, he deseado intensamente escribirles acerca de la salvación que tenemos en común, y ahora siento la necesidad de hacerlo para rogarles que sigan luchando vigorosamente por la fe encomendada una vez por todas a los santos.  El problema es que se han infiltrado entre ustedes ciertos individuos que desde hace mucho tiempo han estado señalados para condenación. Son impíos que cambian en libertinaje la gracia de nuestro Dios y niegan a Jesucristo, nuestro único Soberano y Señor.” (Judas 3-4)

La santidad debe convertirse en el estándar para tu vida y entretenimiento.

  1. El creyente debe avivar el fuego del Espíritu Santo en su corazón. es solo Su poder el que nos hará capaces de permanecer de pie, frente a tal poder del engaño.

Vía: Charisma Magazine

Acerca de Toto Salcedo

Comunicador Radio-TV RR.SS Libro: Revolucion desde adentro Pastor EKKLESIA

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