Por: Felizmente siempre en crecimiento.

19:14 Reina-Valera 1960
«Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.»

Salmos 19:14 Nueva Traducción Viviente
«Que las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón sean de tu agrado, oh Señor, mi roca y mi redentor.»

¿Sabías que hay una gran diferencia entre quejarse y criticar? Todos nosotros necesitamos la libertad de quejarnos con nuestros cónyuges. También debemos asegurarnos de que nuestros cónyuges sepan que tienen derecho a quejarse con nosotros. En un matrimonio sano, existe una libertad de expresión que nos permite hablar abiertamente.

Cuando te quejes, debes recordar que no se trata de tu cónyuge, sino de ti. Aunque te estés quejando de algo que tu cónyuge ha hecho, el foco está en cómo te sientes tú. En otras palabras, si Karen ha hecho algo que me molesta y la confronto al respecto, le diría algo como: «Karen, estuviste de mal genio conmigo esta mañana y me molestó. No me gusta que me respondas así. Si he hecho algo para enfadarte, quiero que me lo digas».

La queja pone todo sobre la mesa sin desagradar a tu cónyuge ni ponerlo a la defensiva.

Fíjate que no empecé acusándola o atacándola. Empecé hablando de cómo me sentía y de mi deseo de entender lo que había pasado. También dije que si había hecho algo mal, entonces quería saberlo y asumir la responsabilidad por ello. La queja pone todo sobre la mesa sin degradar a tu cónyuge ni ponerlo a la defensiva.

Criticar es diferente. Criticar se centra en la otra persona, ya que la acusa y la pone inmediatamente a la defensiva. Así es como sonaría esa misma conversación: «Karen, te has puesto de mal humor conmigo esta mañana y no me gusta. No me merezco que me trates así.

La próxima vez que hagas eso, te lo voy a reprochar». ¿Notas la diferencia entre quejarse y criticar? Quejarse explica el problema, pero da a tu cónyuge una forma amable de responder y explicar su versión. Como la queja se centra en cómo te sientes y no trata de interpretar las acciones de tu cónyuge, mantiene la conversación civilizada y constructiva. Criticar te pone de inmediato en modo de batalla y genera un ambiente hostil.

Debes tener cuidado de empezar tus enfrentamientos con afirmación y respeto hacia tu cónyuge. Controla tus emociones y mantén la boca cerrada. Concéntrate en cómo te sientes y permite que tu cónyuge tenga derecho a quejarse contigo y a explicarte lo que sucede en su interior. Si haces esto, tus discusiones serán mucho más agradables y productivas, y experimentarás una mayor intimidad y una amistad más profunda.

Dialoguen sobre el tema

¿Cuándo fue la última vez que permitiste que tu cónyuge se quejara y no te pusiste a la defensiva o te enfadaste? Hablen sobre las formas en las que tu cónyuge podría acercarse a ti con una queja y que el resultado final sea productivo.

Practiquen juntos

Esta semana haz algo por tu cónyuge que harías por tu mejor amigo. Llévala a tomar un café, sorpréndela con un regalo económico o haz una llamada telefónica en mitad del día sólo para decirle: «Estoy pensando en ti».

Acerca de Toto Salcedo

Comunicador Radio-TV RR.SS Libro: Revolucion desde adentro Pastor EKKLESIA

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s