Por: Mark Rutland

Nehemías 2:17 RVR 1960
17 Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio.
Nehemías 2:17 NTV
17 pero ahora les dije:
—Ustedes saben muy bien las dificultades en que estamos. Jerusalén yace en ruinas y sus puertas fueron destruidas por fuego. ¡Reconstruyamos la muralla de Jerusalén y pongamos fin a esta desgracia!
Gordon Bethune se hizo cargo de Continental Airlines como director general cuando estaba en caída libre en 1994. La aerolínea tenía uno de los peores registros de puntualidad del sector. El servicio al cliente casi no existía. Los aviones estaban sucios. Los trabajadores perdían el equipaje.
El primer problema que Bethune abordó fue el de la puntualidad. Prometió a los trabajadores que no eran directivos una bonificación de 65 dólares cada mes que el índice de puntualidad de la aerolínea la situara entre las cinco primeras del país. Los manipuladores de equipaje, los empleados de la puerta de embarque y de reservas, los auxiliares de vuelo y las secretarias formaban parte del grupo.
Llegó a los 65 dólares determinando lo que le costaba a la compañía cada mes hacer funcionar los vuelos con retraso. A razón de 5 millones de dólares al mes, Bethune estaba dispuesto a devolver la mitad de esa cantidad a los empleados (65 dólares por 40.000 empleados) si cambiaban su historial de puntualidad.
Nehemías… llevó a los habitantes de Jerusalén a reconstruir la muralla, no por él, sino por el bien de ellos.
Anunció el programa en enero de 1995. En febrero de 1999, el 80% de los vuelos de Continental llegaron a tiempo.
Al proporcionar una ganancia económica a los empleados, de repente los aviones estaban limpios. La motivación aumentó. También los beneficios. La gente hacía las cosas por sus razones.
En tiempos de Nehemías, las murallas que rodeaban Jerusalén, la ciudad santa de Dios, estaban en ruinas. Era una desgracia. Las murallas de una ciudad eran para protegerla. Sin la barricada de piedra y sin nada que detuviera a sus enemigos, los habitantes estaban indefensos y eran vulnerables a los ataques.
La gente es experta en el análisis coste-beneficio. Todo el mundo se pregunta: «¿Qué gano yo?». La construcción de muros alrededor de Jerusalén beneficiaría a los habitantes de la ciudad. Nehemías lo sabía y actuó en consecuencia. Llevó a los habitantes de Jerusalén a reconstruir la muralla, no por él (vivía a mil kilómetros de distancia) sino por el bien de ellos. Y no se trataba de un extra de 65 dólares al mes en su sueldo, sino de la protección de sus propias vidas y de sus familias.
Uno puede empujar, pinchar y empujar a la gente, y no se mueve. Pero dales una buena razón, una de sus razones, una forma en la que se beneficien, y te seguirán.
La gente hace las cosas por sus razones, no por las tuyas. Sus razones.