Por: Alberto Salcedo

Continuación
DIOS ES AMOR
Pero esto no es todo. Dios mismo es amor, y cuando este amor es aplicado a nosotros, descubrimos que “de tal manera amó Dios al mundo” (Jn. 3:16). La frase “Dios es amor”, habla de Su naturaleza, y “de tal manera amó Dios al mundo” habla de Su acción. Dios mismo es amor; entonces, lo que proceda de El debe ser amor.
Si Dios es amor, no importa cómo usted lo pruebe, lo que saldrá de Él será siempre amor. Si aquí hubiera una tabla de madera, no importaría cómo usted la golpee, siempre percibiría el sonido de madera. Si la golpeara con un libro, le daría el sonido de madera. Si usted la golpeara con su palma, aún le daría el sonido de madera. Si la golpeara con otra tabla, otra vez le daría el sonido de madera. Si Dios es amor, no importa cómo usted lo “golpeé”; si usted lo rechaza, lo niega, o lo hace a un lado, El sigue siendo amor.
Una cosa es cierta: Dios no puede negar a Sí mismo; El no se puede contradecir. Debido a que nosotros somos odios, nos es muy natural odiar.
Debido a que Dios es amor, es muy natural para El amar. Dios no puede cambiar Su propia naturaleza. Puesto que la naturaleza de Dios no puede cambiar, Su actitud para con usted no puede cambiar. Por eso vemos que Dios ama al mundo.
Romanos 5:8 dice:
Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. (RV60)
Pero Dios prueba que nos ama, en que, cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. (DHH)
El amor de Dios tiene su expresión. Si yo amor a una persona y sólo le digo que la amo, ese amor aún no se ha consumado. A menos que el amor sea expresado, no está consumado. No hay amor en el mundo que no tenga expresión. Si hay amor, debe ser expresado. Si el amor no es expresado, ese amor no puede ser considerado como tal. El amor es muy práctico. No es vano ni verbal. El amor es expresado por medio de acciones.
Por esta razón, la Biblia nos ha mostrado este gran hecho singular: el amor de Dios es manifestado en la muerte de Cristo. Debido a que somos pecadores e incapaces de salvarnos, Cristo vino para morir a fin de resolver por nosotros el problema del pecado. Su amor ha cumplido algo substancial, y esto ha sido puesto delante de nosotros. Ahora podemos ver Su amor en una manera substancial. Su amor ya no es sólo un sentimiento. Se ha convertido en un hecho completamente manifestado.
¡Gracias a Dios! Su amor no es solamente un sentimiento dentro de Él. También es una acción, incluso una expresión y una manifestación. Su amor lo motivó a hacer lo que nosotros no pudimos hacer por nuestra propia cuenta.
LA GRACIA DE DIOS
El amor de Dios no termina aquí. Puesto que Dios es amor, surge el asunto de la gracia.
Cuando el amor es expresado, se convierte en gracia. La gracia es el amor expresado. El amor está en Dios. Pero cuando este amor viene a usted, se convierte en gracia.
La diferencia entre el amor y la gracia consiste en el hecho de que el amor es interno y la gracia es externa. El amor es principalmente un sentimiento interno, mientras que la gracia es un hecho externo. Cuando el amor entra en acción, se convierte en gracia. Cuando la gracia vuelve a su sentimiento, es amor. Sin amor, la gracia no existe. La gracia existe porque el amor existe.
¿Por qué el amor del Padre para con el Hijo y el amor de Dios para con los ángeles no es gracia? Porque no hay necesidad ni indigencia. Sólo hay amor; el pensamiento de la gracia no está. El amor se palpa como gracia sólo cuando hay indigencia y necesidad, cuando no hay otra manera de resolver los problemas.
Continuará…