Joseph Mattera

En todos mis años nunca he visto este tipo de pánico relacionado con la posible propagación de una enfermedad. ¡El tipo de pánico y miedo que observo regularmente en las caras del público casi rivaliza con lo que observé cuando estuve en Manhattan después de que las Torres Gemelas fueran derribadas y el Pentágono atacado el 11 de septiembre de 2001! Como siempre, trato de reflexionar sobre cómo la iglesia debe responder durante estas experiencias.
Las siguientes son 10 acciones que la iglesia debe realizar durante la actual situación global:
1. Discernir entre la hipérbole política y la realidad.
¡Estoy sorprendido de cuán oportunistas son tantos líderes políticos durante esta crisis! Desafortunadamente, los medios de comunicación suelen ganar adeptos sensacionalizando todo lo que sucede para dirigir el tráfico hacia su plataforma (para adquirir más patrocinadores publicitarios).
La iglesia tiene que aprender a ver más allá del pensamiento grupal, la política y los medios, y discernir la diferencia entre la publicidad y la realidad.
2. Enseñar sobre salud pública y privada.
La iglesia tiene la obligación de publicar información relativa a las medidas de salud pública que deben ser practicadas para reducir la propagación del virus. Ya que el cuerpo de Cristo tiene reuniones semanales consistentes, es una cuestión de administración que cooperemos con las pautas razonables difundidas por la salud pública y los funcionarios de la ciudad.
3. Orar por la oportunidad de compartir el evangelio con la gente que tiene miedo de morir.
¡Esta es una oportunidad increíble para compartir el evangelio de Jesús! Jesús ya ha destruido la muerte y ha sacado a la luz la vida y la inmortalidad a través del evangelio.
… pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio,
2 Timoteo 1:10 RVR 1960
Tiempos como estos confrontan a la humanidad con su propia mortalidad y la obligan a pensar en la eternidad.
Los verdaderos seguidores de Cristo no deberían tener miedo a la muerte; por consiguiente, todos los que nos encontremos caminando con miedo deberían ser candidatos a escuchar el evangelio durante estos días.
Continuará …