
Con el aumento de la oposición a los valores bíblicos, debemos determinar no ser divididos por aquellos que “siembran discordia entre los hermanos”, una de las seis cosas que “el Señor odia” (Prov. 6:19).
Es difícil pero esencial. Considere cómo se preparan nuestros hermanos chinos en la iglesia clandestina al prometer cómo lidiar con la hostilidad anticristiana:
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- Cuando me rechazan, me honran porque me asocian con Cristo.
- Cuando me arrestan, me liberan para obedecer una ley superior.
- Cuando me excluyen, me apoyan como amigo del Rey de reyes.
- Cuando me encarcelan, me liberan para compartir el evangelio abiertamente.
- Cuando me ponen en confinamiento solitario, me permiten orar y meditar en las Escrituras.
- Cuando me golpean, me permiten glorificar a Dios.
- Cuando se apoderan de mi casa o granja, me permiten viajar ampliamente para difundir el Evangelio.
- Cuando me matas, me envías a la gloria.
Para prepararnos para los tiempos difíciles que se avecinan, es crítico que los cristianos comprendan cómo Dios nos dirige a manejar los inevitables problemas relacionales. A lo largo de las décadas, multitudes han adoptado la “Promesa de Hacedores de la Paz” para mantener la unidad mediante la resolución bíblica de conflictos.
Continuará…