Joyce Meyer

Hay multitudes de cristianos en el mundo, infelices, insatisfechos, simplemente porque están demasiado ocupados intentando hacer que algo pase, en lugar de esperar con paciencia en Dios para que las cosas sucedan en el tiempo y al modo de Dios. Estamos apurados, pero Dios no lo está.

La humildad dice: “¡Dios sabe más, y no llegará tarde!”  Pero el orgullo dice: “Estoy listo ahora mismo y haré que las cosas sucedan a mi manera”. El hombre humilde espera con paciencia; en realidad tiene un “Temor Reverencial” de moverse con la fuerza de su propia carne.

La paciencia es la capacidad de mantener una buena actitud mientras se espera. Pero el orgulloso intentará una cosa detrás de la otra, en vano. El orgullo está en la raíz de toda impaciencia.

La paciencia es un fruto del Espíritu Santo, que se manifiesta en una actitud calma y positiva a pesar de las circunstancias de la vida. No creas que puedes resolver todos tus problemas o vencer las dificultades por ti misma.

Al humillarnos ante la mano poderosa de Dios, comenzamos a morir a nuestras maneras y tiempos, y a renacer a la voluntad de Dios y a los caminos de Dios. El desarrollo del carácter lleva tiempo y paciencia.

Tomado del libro: El Poder De La Determinación, de Joyce Meyer.

Acerca de Toto Salcedo

Comunicador Radio-TV RR.SS Libro: Revolucion desde adentro Pastor EKKLESIA

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