Joyce Meyer
Tenemos que aprender a estar tranquilos por dentro y quedarnos en ese estado de paz.
Una de las cosas más importantes que podemos aprender hoy en día es cómo permanecer quietos. En el Salmo 46:10, el salmista se regocija de la presencia de Dios entre su pueblo: “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra”.
Aunque a veces nos movemos muy despacio y muchas veces lo hacemos muy rápido, el problema mayor es que lo hacemos en la carne. Hacemos las cosas sin tomar en cuenta al Señor.
Según Proverbios 3:5-6, estamos supuestos a depender, confiar y estar seguros en el Señor con toda nuestra mente y corazón. No debemos depender de nuestra propia razón y entendimiento, sino que debemos reconocer a Dios. Estos poderosos versículos concluyen que cuando lo hacemos, Él dirigirá y hará claro y recto nuestro camino.
Pienso que una de las razones significativas por la cual muchos de nosotros estamos agotados y estresados es porque no sabemos cómo quedarnos quietos. No conocemos a Dios verdaderamente y no lo reconocemos. Sólo pasando tiempo con Él para conocerlo, es que aprendemos a escuchar su quieta y calmada voz, para que así pueda dirigir nuestro camino. No hay duda de eso.
Tenemos que aprender a estar tranquilos por dentro y quedarnos en ese estado de paz, de manera que estemos listos para escuchar la voz del Señor. Muchas personas hoy en día van de una cosa a otra. Esto se debe a que la mente no sabe permanecer quieta, y la gente no sabe cómo estar tranquila.
Hubo un momento dado en que no sabía cómo quedarme en la casa por las noches, y ya era toda una adulta. Sentía que tenía que encontrar algo que hacer cada noche. Tenía que estar involucrada en algo y en constante movimiento. Tenía que formar parte de lo que fuera que estaba sucediendo.
Pensé que no podía permitir que nada sucediera sin yo saberlo. Simplemente, no me podía sentar y quedarme tranquila, ya fuera observando un árbol en el patio o bien tomándome una taza de café. Tenía que estar haciendo algo.
No era un ser humano, era un humano que hacía. Había llegado al punto de estar tan cansada de todas mis actividades, que ni tan siquiera era placentero hacerme compañía.
El hecho de simplemente ser cortés cada vez que alguien me preguntaba algo, se me estaba haciendo difícil. Me estaba sobrecargando, y ya no estaba demostrando los frutos del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza (lea Gálatas 5:22-23).
Si me hubiese tranquilizado, hubiese podido escuchar y obedecer la voz apacible y delicada que se describe en 1 Reyes 19:11-12. El Señor no usó un gran y fuerte viento, el terremoto o el fuego para moverse sino que estaba tras “Un silbo apacible y delicado”. El mover de esa voz puede ser la sabiduría de Dios dándole dirección en un momento en particular.
Si usted es nacido de nuevo, Jesús vive dentro de usted. Si Él vive dentro de usted, tiene la sabiduría de Dios para recurrir a ella en cualquier momento. A menos que escuche la sabiduría es que le servirá de algo, de lo contrario no.
Cuando Dios nos provoca a hacer cosas pequeñas, tenemos que prestarle atención y obedecerlo. Tenemos que darnos cuenta que Él no está tratando de quitarnos nada. Siempre está tratando de bendecirnos.
Si simplemente nos aquietáramos, y acalláramos nuestra mente lo suficiente como para oír su mover, podríamos vivir en un lugar de paz, listos para responder obedientemente. Es fácil ver que liberar el estrés, llevando una vida pacífica y feliz, libre de agotamiento y cansancio, no es muy complicado.
Me encanta Deuteronomio 5:29 que dice: “¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre!”. Las cosas nos irían bien si aprendiéramos a quedarnos quietos para así poder oír y obedecer a Dios. Así es como quiero vivir, ¿y usted?
Vía: Vida Cristiana
Joyce Meyer es una maestra de la Palabra y la autora de varios éxitos de ventas como: Controlando sus emociones, Serie ¡Ayúdenme!, El desarrollo de un líder, La batalla es del Señor, Conozca a Dios íntimamente, Cómo oír a Dios y Adicción a la aprobación. Su programa “Disfrutando la vida diaria” se difunde mundialmente.