Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.
Lucas 17:10
La meta de cualquier jugador de fútbol, es ayudar a su equipo a ganar el campeonato, al final de la temporada. Toma dedicación, fuerza, y una buena medida de trabajo en equipo para llegar a ese punto. En años recientes, sin embargo, el deporte se ha enfocado más que nunca antes, en actuaciones individuales sobresalientes, ayudado en gran manera por los medios. Las figuras del deporte rara vez pueden evitar ser el centro de atención. Así que, cuando los atletas tienen micrófonos impuestos sobre ellos y se les hace preguntas, tienen una oportunidad de exhibir un rasgo clave del liderazgo. Pueden presumir y alardear de sus logros personales, pueden criticar a otro equipo y a sus jugadores, o pueden asegurarse de que todos en el equipo reciban el crédito que merecen.
La capacidad de desviar los elogios hacia quienes los merecen, es importante, por un número de razones. Dar el crédito a otros, nos guarda de convertirnos en presumidos y ensimismados. Además, permite a quienes tuvieron un papel contribuyente, experimentar el éxito también. Alabar a otros también muestra nuestro deseo personal de ser siervos, una verdadera marca del liderazgo (lee Lucas 22:26).
Esta actitud no es la que viene naturalmente a la gente. Con este fin, debemos comprometernos con Dios, diariamente, pidiéndole que nos ayude a vivir vidas que reflejen su carácter. Si estamos constantemente buscando la gloria y alabanza, por ser un cristiano “importante,” entonces nuestras prioridades están equivocadas. Lo mismo ocurre si escogemos entregar la alabanza a Dios y a otros, pero de una manera llamativa, “mírenme.” Jesús dejó en claro que debemos simplemente hacer lo que se nos pide que hagamos, y reflejar cualquier alabanza que podamos recibir, lejos de nosotros mismos. Solo estamos haciendo lo que él nos pide, ¿no es cierto? Al final, eso es más importante que cualquier honor y premio que podamos recibir.
Vía: ministrytodaymag.com