Joel Osteen
¿Está usted sufriendo hoy el maltrato de parte de alguien? Comience a decir: “Padre, gracias que tu favor viene hacia mí de una forma nueva, y cambiará esta situación, causará que estas personas me traten bien”.
Igualmente, si usted está luchando en sus finanzas, diga algo como: “Padre; te doy gracias que tú me colocarás en el lugar indicado en el momento indicado, y que estás trayendo maravillosas oportunidades financieras hacia mí”.
Si usted puede vivir en una actitud de fe, entonces, igual que a los santos del pasado, pronto llegará el favor de Dios, y esa situación cambiará a favor suyo. Piense en Job, él pasó por uno de los tiempos de más prueba que jamás haya pasado una persona. En menos de un año, perdió su familia, su negocio y su salud. Tenía llagas por todo su cuerpo y sin duda vivía con constante dolor, pero en medio de esa hora tan oscura, Job dijo: “Vida y misericordia me concediste…”.
Ahora, esta es la parte asombrosa de la historia: El libro de Job tiene cuarentaidós capítulos. Job habló estas palabras de fe en el capítulo diez, pero ¡no recibió su liberación, ni su sanidad hasta el capítulo cuarentaidós! Sin embargo, al principio cuando sus circunstancias parecían estar más oscuras y sin esperanza, Job miró hacia arriba y declaró: “Señor, yo sé que tú me has mostrado favor”. ¡Qué increíble! Esa es fe verdadera. Job estaba diciendo: “Dios, no me importa cómo se ve la circunstancia. No me importa qué tan mal me siento. Yo sé que tú eres un Dios bueno y tu favor causará que esta situación cambie”.
Con razón Dios restauró a Job con el doble de lo que había perdido y sus enemigos no pudieron vencerle.
Amigo, si usted puede aprender a mantenerse en una actitud de fe, y declarar confiadamente el favor de Dios en su hora más oscura, entonces nada podrá echarle abajo. Pudiera estar hoy en una situación que pareciera ser imposible, pero no se olvide del favor de Dios. Un toque del favor de Dios puede cambiar todo en su vida.
La Biblia nos enseña que la esperanza es un ingrediente importante en nuestra vida cristiana. En otras palabras, no se dé por vencido. Siga viviendo y creyendo y declarando el favor de Dios, pues Él promete que cosas buenas vendrán a usted. Si pone su esperanza en el Señor, Dios dice que el favor divino llegará, y aunque no lo pueda ver en este momento porque en lo natural las cosas no lucen tan bien, las buenas nuevas son que el favor de Dios sí llegará si sigue esperándolo y declarándolo. Y cuando llega el favor de Dios, las cosas cambian porque es su favor lo que causa que uno se eleve por encima de sus problemas. El favor de Dios le dará la victoria sobre sus enemigos, así que, sin importar sus circunstancias, siga declarando con confianza: “Dios, yo sé que tu favor viene hacia mí”.
En 2001, queríamos expandir el alcance de nuestro programa de televisión en un canal en particular. Le pedí a nuestro representante que se pusiera en contacto con la red de canales para inquirir sobre la posibilidad de conseguir el espacio de las once de la noche los domingos.
Él me dijo: “Joel, no lo van a hacer porque son una red nacional y ese tiempo es demasiado valioso; nunca te lo cederán”.
Yo le dije: “Bueno, pues la Biblia dice que no tenemos porque no pedimos, así que, hagamos el intento”.
Nuestro agente viajó hasta las oficinas principales y se reunió con los ejecutivos allí. Su respuesta fue lo predicho: “No, ese espacio vale demasiado, y no podemos dárselos, intenten otra cosa”.
Yo dije: “Está bien, seguiremos pidiendo y creyendo en el favor de Dios”. Cada día, yo declaraba: “Padre, te doy gracias por el favor que viene a manifestarse de una nueva manera. Tu favor está abriendo puertas que será imposible que los hombres abran, te doy gracias por tu favor que está causando que esta compañía nos dé un trato especial”. Mes tras mes pasó y nunca recibí ninguna palabra, pero no me desanimé, y no me di por vencido. Sólo seguí esperando en fe porque yo sabía que si no me daba por vencido, el favor divino que Dios prometió, vendría. En ese entonces no lo podía ver posiblemente, pero sabía que venía en camino.
Como seis meses después recibí una llamada de nuestro representante, quien dijo que los ejecutivos del canal se querían reunir de nuevo con él.
“Qué bueno”, dije. “Pero necesito decirte que cambié de opinión. Ya no quiero el espacio de las once sino el de las diez, quiero que nuestro programa pase después de su programa número uno”.
“Joel, ¿estás bromeando?”, dijo nuestro agente con una risa. “¿Sabes lo que me dirán cuando les pida eso?”
“Mira”, dije, “nosotros contamos con el favor de Dios. Dios está abriendo puertas que ningún hombre puede cerrar. Tú entra en ese lugar con confianza, con audacia, sabiendo que el favor de Dios está sobre ti”.
Se rió y dijo: “Está bien. Lo haré”.
Se reunió con los oficiales de la cadena y me habló después diciendo: “Joel, hice lo mejor que pude, di todo, pero como quiera nos lo negaron”.
Yo dije: “Está bien, seguiremos creyendo porque yo sé que el favor de Dios viene. Yo sé que si no me rindo, el favor divino abrirá camino”.
Como un mes después de esa reunión, nuestro agente nos volvió a llamar. ¡Estaba en las nubes! Me dijo: “No vas a creer lo que pasó: el dueño de la cadena televisiva me acaba de llamar, no el representante de ventas, sino el dueño mismo me buscó en un aeropuerto y me dijo que había oído que nos interesaba ese espacio del domingo por la noche, y como le caía muy bien ese joven ministro, les dijo que desalojaran el espacio y ahora podemos comenzar cuando queramos”.
Amigo, eso es el favor de Dios. Nunca pierda la confianza en Dios. La Biblia dice: “…esperad por completo en la gracia que se os traerá…”.
Cuando realmente reconoce que tiene disponible esta gracia o favor, vivir con confianza se hace más fácil porque se puede atrever a ser audaz. Pedirá cosas que normalmente no pediría, y verá a sus adversarios de una manera muy diferente. En su interior, sabrá que tiene la ventaja en la vida; tiene el favor de Dios.
Tomado del libro Su mejor vida ahora-Edición 10mo aniversario por Joel Osteen.
Vía: Vida Cristiana