¡Recuerda donde estás! Como hijo de Dios, estás en la Tierra Prometida. No geográficamente, sino espiritualmente. Esta es la tierra de la gracia y la esperanza… la libertad y la verdad… ¡el amor y la vida! El diablo no tiene jurisdicción sobre ti. Él actúa como si la tuviese. Camina con aplomo, trayendo la tentación, pero mientras le resistas y vayas a Dios, Santiago 4:7 nos dice, que él debe huir.
Las voces esperan por ti, hoy. En tu callejón sin salida, en la escuela, en el Internet. Están esperando por ti. No puedes eliminar su presencia, pero puedes prepararte para su invitación. El Espíritu del Dios viviente, habita en ti. ¡Eres de Él! Decide ahora qué dirás. ¡Elige la obediencia! Y al hacerlo, puedes esperar bendiciones. Las bendiciones de una consciencia limpia, una buena noche de sueño, y la bendición del favor de Dios.
Vía: Max Lucado