Max Lucado
La obediencia lleva a la bendición. La desobediencia conduce a los problemas. ¿Recuerdas la parábola de Jesús, de los dos que construyeron una casa? Uno, hizo una construcción barata sobre la arena. El otro, invirtió más y construyó sobre la roca, dura de doblegar. El segundo proyecto de construcción, demandó más tiempo y gasto, pero cuando las lluvias de primavera convirtieron el arroyo en un barranco lodoso, ¿adivina que constructor disfrutó de la bendición, y quién experimentó el problema?
De acuerdo a Jesús en Mateo 7.24, el constructor sabio es “cualquiera que oye estas mis palabras, y las hace.” Ambos constructores escucharon las enseñanzas. La diferencia entre los dos, no era el conocimiento y la ignorancia, sino la obediencia y la desobediencia. La seguridad llega cuando ponemos los preceptos de Dios, en práctica. Somos tan fuertes como nuestra obediencia.