El que refrena su lengua protege su vida, pero el ligero de labios provoca su ruina.
Proverbios 13:3
Estoy convencido de que, por ignorancia, los creyentes tienden a vivir por debajo del estándar que Dios ha ordenado para sus hijos. No sabemos que nuestras declaraciones y decretos diarios tienen el poder de alterar nuestros destinos y cambiar la calidad de nuestras vidas. Como dijo Santiago: “Todos fallamos mucho. Si alguien nunca falla en lo que dice, es una persona perfecta, capaz también de controlar todo su cuerpo” (Santiago 3:2). Si controlar tus palabras hace que guardes tu vida y crezcas en madurez, imagina lo que sucede cuando no cuidas tus palabras.
ORACIÓN
Quiero lo mejor, así que pronuncio vida y no muerte. Me posiciono para recibir de ti al honrarte tanto con mis palabras como con mis acciones. Mi lengua tiene el poder de determinar la dirección en la que voy, así que elijo mis palabras con sabiduría. Lleno mi boca con alabanza, y pronuncio tu Palabra. Como tu Palabra es lámpara a mis pies, no tropiezo ni caigo. Mis pasos están seguros. Soy coronado con tu amor y tu misericordia. Con cosas buenas satisfaces todos mis días y mi vida. En el nombre de Jesús, amén.
Tomado del Libro Devocional Declara Bendición sobre tu Vida de Cindy Trimm