Por Alberto Salcedo
Cuando hablamos de los últimos tiempos, la referencia que la mayoría de las personas tiene es que serán un montón de tragedias unidas que se desencadenarán para dar fin al mundo. Hoy quiero compartirte a cerca de esas señales.
“Carácter de los hombres en los postreros días
También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.
Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos,
sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno,
traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios,
que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.”
Timoteo 3: 1-5
En estos días ya no es posible que los niños jueguen fuera sin correr peligros; la maldad ha crecido en los últimos años. El dejar de lado a Dios está provocando eso en el mundo; lo que muchas personas buscan es sacar a Dios de la ecuación y de su corazón y eso es lo que produce que toda esta maldad se prolifere en el mundo.
Nuestra posición como cristianos no debe ser esperar a que las cosas suceden o empeoren más, sino que es el tiempo de predicar más. En la profecía de Joel, dice que, en los últimos tiempos, Dios derramara de su espíritu sobre toda carne, en esta parte hay dos puntos interesantes, el primero es que la maldad sin Dios va a aumentar hasta una persecución implacable a todos aquellos que quieren ser fieles a la palabra, pero, por otro lado, el Señor preparó el Espíritu Santo para nosotros algo para resistir para vencer y para que la palabra de Dios no deje de ser predicada.
En Juan 14 al 16, la palabra nos recalca que no podemos sobrevivir a una crisis sin el Espíritu Santo. Hoy en día, Bolivia esta marcada como muchas naciones en América Latina por el dolor, la ira, la violencia; el mundo entero está convulsionando. Recordemos que en el evangelio Jesús les dijo a sus discípulos que no teman y no se asusten, la seguridad de ellos era Jesús, recuerden la barca. Pero tuvieron miedo, tanto que escaparon, lo negaron, lo traicionaron, porque no tenían al Espíritu Santo y en los tiempos de crisis pasa eso, entre los que dicen tener a Jesús, entre lo que proclaman que Jesús es su Señor, y actúan, al contrario, les falta echarle la culpa a Él por las cosas que suceden.
Dios tenía preparado una solución a ese vacío, vendría de otra manera, Jesús físicamente ya no está, se fue al trono, resucitó, pero el mando al consolador, al Espíritu Santo. El Padre, Jesús y el Espíritu Santo son uno, cada uno tiene un tiempo para marcar a la humanidad: el Padre en el antiguo testamento, Jesús en el Nuevo testamento y a partir de Pentecostés Dios Espíritu Santo para estar en nosotros.
Lo que pasó con los discípulos puede pasar contigo si no permites que el Espíritu Santo te sane, te lave, te guie y te fortalezca. Ninguno de nosotros ha conocido a Jesús en carne y hueso, pero nosotros gracias al consolador estamos con Él.
“La promesa del Espíritu Santo
15 Si me amáis, guardad mis mandamientos.
16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:
17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
18 No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros”
Juan 14:15-18
El Espíritu Santo compensa la ausencia física de Jesús, y realiza las funciones que Él hubiera hecho si estuviera aquí en la tierra. Ahora, bajo el Espíritu Santo, y Cristo vive en nosotros, en ti y en mí, quiero decirte que el mismo Cristo, está en ti y quiere que seas un hacedor que ore por enfermos, que de las buenas nuevas. La misión no es ser el mas rico de la tierra, quiere prosperarte si, pero con un propósito, que todo lo que tengas sirva para que Bolivia sea llena de la luz de Cristo y las tinieblas se vayan, eso es lo que Dios quiere, un Cristo vive en ti.
Tu tienes a Cristo, Él está en tu interior, Dios contigo y estará donde tú vayas.
Dios bendiga tu semana, seas transformado y tengas victorias grandes para el Reino de Dios.