Hay una alegría deliciosa que viene de Dios. Un gozo que las consecuencias no pueden apagar. La suya es una paz que las circunstancias no pueden robar.
Nueve veces lo promete. Y lo promete a un público poco probable: El pobre en espíritu. Los que lloran. Los mansos. Los que tienen hambre y sed. Los misericordiosos. Los puros de corazón. Los pacificadores. Los perseguidos. Es a esta banda de peregrinos que Dios promete una bendición especial. Un gozo celestial.
Pero este gozo no es barato. Lo que Jesús promete no es un truco para ponerte la piel de gallina o una actitud mental. No, Mateo Capítulo 5 describe la reconstrucción radical del corazón por parte de DIOS. No es un cambio o actitud casual. Es una demolición de la vieja estructura y la creación de una nueva.
El gozo de DIOS está a tu alcance. ¡Estás a una decisión del gozo!
Vía: Max Lucado