Por Silvia Camacho de Salcedo
En estos días muchas amenazas se han levantado contra las familias y sobre todo contra los niños con el tema de la libertad de género, pedofilia, aborto, etc. Como creyentes es importante levantarnos a hablar, a predicar y a proclamar la palabra de Dios donde quiera que estemos.
El Espíritu Santo es el consolador, es parte de la trinidad de Dios y cuando llega a nuestra vida es inevitable el cambio en nosotros, porque la presencia de Dios produce una reacción en nuestro corazón. Pero es importante saber ¿para qué necesitamos al Espíritu Santo?
Lo necesitamos por es el único que puede sanarnos, liberarnos y porque es esencial para ser y hacer las cosas que Jesús hacía. En el libro de los Hechos, Jesús dice a sus discípulos, “les conviene que me vaya porque vendrá El Consolador” (Juan 16:7) porque él sabía que nosotros necesitaríamos su presencia para continuar escribiendo la historia de la Iglesia en ese libro.
Conocer a Jesús y tener su Espíritu son siempre van a generar cambios en nuestro carácter, en nuestro trato a las personas porque recibimos amor y damos amor, además el fruto del Espíritu crece en nosotros:
Gálatas 5:16-25
«Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.»
Necesitamos aprender a examinar que frutos de la carne aun tenemos y empezar a reemplazarlos por amor, gozo, paz, paciencia y benignidad.
Alguna vez te has preguntado ¿Soy muy carnal? ¿porque soy así? La respuesta es que los deseos de la carne son opuestos a los del espíritu. En Romanos 6 y 7, podemos ver que siempre hay una lucha entre lo que hacemos y lo que queremos hacer porque nuestro carácter fue tomado por el Espíritu Santo.
A Dios le gusta enseñarnos que hay cosas que tenemos que no están bien y que podamos hacer las cosas de la manera correcta y con el corazón correcto. Cuando la biblia habla de fruto, habla de sembrar, rociar, fertilizar y de cosechar porque la palabra fruto literalmente es lo que es producido por la energía inherente de un organismo viviente. En el ámbito natural, fruto es considerado por el producto que da su semilla. Metafóricamente se utiliza como resultado de las obras, que pueden ser buenas o malas.
Mateo 3:5-8
«Y salía a él Jerusalén, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del Jordán, y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados. Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: !!Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento»
Jesús era muy cariñoso cuando alguien se arrepentía y afirmaba que junto a Dios somos más fuertes y podemos hacer su obra. En su palabra Jesús nos dejó varios pasos que debemos seguir para llevar fruto:
Paso 1: Arrepentirnos
Debemos pedir perdón y aceptarlo como nuestro Señor
Paso 2: Permanecer en Jesús para llevar mucho fruto
Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada. (Juan 15:5)
Paso 3: Dios tiene mucha expectativa sobre nosotros
«Y dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra?» (Lucas 13:7)
Paso 4: Dios sabe que lo podemos hacer
Cuando Dios nos exige algo es porque él sabe que podemos cumplir, porque además tenemos al Espíritu en nosotros, tenemos que dejar al Espíritu que haga la obra.
«En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. «(Juan 15:8)
Paso 5: El fruto puede dar por medidas, puede continuar
Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. (Mateo 13:8)
Paso 6: Tener paciencia porque el fruto toma tiempo
Sed pacientes y orad. Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.
«Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca.» (Santiago 5:7-8)
El fruto se desarrolla con tiempo, una semilla no da fruto al día siguiente. Todo tiene su tiempo, tiene que esperar con paciencia, con amor.
Paso 7: Examinar el fruto para conocer la naturaleza del árbol
«Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis.» (Mateo 7:15-20)
Paso 8: Dios va a honrarte por llevar buenos frutos
Por tanto, os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él. (Mateo 21:43)
Lo mejor de iniciar este camino con Dios es que en su palabra Dios nos dice que Él fue quien nos eligió a nosotros y todo lo que le pidamos a él, nos lo concederá. Así que no debes considerar jamás que estás solo en este camino. Él te elige, Él te guía y Él te ama.