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Lee Grady

Tengo un amigo que es un talentoso líder de adoración, un amante esposo y un padre cariñoso. Es muy divertido, inteligente, apasionado con respecto a su fe, y comprometido totalmente con su iglesia. La gente que lo conoce, dice que es un cristiano modelo.

Pero debajo de este alegre exterior, hay mucho dolor. Él lucha con la depresión, y entonces se condena a sí mismo porque se supone que los cristianos deberían estar felices. Cuando la pesadez emocional lo arrastra hasta el punto más bajo, él sabe cómo poner su convincente “cara de iglesia.” Nadie sabe los oscuros pensamientos que lo atormentan.

Mi amigo no es único en esta lucha. Incontables cristianos conozco que están involucrados en una batalla diaria con el enemigo de sus almas. Y Satanás es implacable en sus ataques. Él está descrito en la Escritura como “el padre de mentiras” (Juan 8:44), y el “acusador de los hermanos” (Apoc. 12:10). Él nos enseña su dedo acusador de condenación y trata de negarnos el acceso al amor y misericordia del Señor.

Nunca encontrarás la victoria en la vida cristiana si no expones, confrontas y renuncias a las acusaciones sin fundamento de Satanás. Si el diablo ha estado reproduciendo sus mentiras en tu cabeza, debes golpear el botón de “EXPULSADO” ¡ahora! El espíritu de condenación siempre hace las escandalosas declaraciones, que figuran a continuación:

  1. Jesús no puede usarte si tienes una debilidad. El diablo está siempre listo para recordarte que estás gordo, que eres poco atractivo, que tienes tendencias a la depresión o adicción, que estás sexualmente afectado, traumatizado o temeroso. Pero, ¿adivina qué? La gente que Dios usó en la Biblia, estaban lejos de ser perfectos. Si fueras perfecto, no necesitarías un Salvador.
  2. Debes renunciar si constantemente luchas con el pecado. Muchos cristianos varones que conozco, se siente espiritualmente descalificados porque no han vencido totalmente su adicción a la pornografía. Se sienten mal por ser tentado, y si tropiezan, se sienten derrotados por sus debilidades. Esto puede llevar al desaliento y desesperación, y luego pierden toda esperanza de vencer el hábito. El secreto para la victoria, no es el esfuerzo para resistir; en lugar de ello debemos meditar en el amor de Dios, y permitir que Su Espíritu se levante dentro de nosotros, para anular el poder del pecado. Si estas luchando, ¡no renuncies! ¡El Espíritu te ayudará!
  3. Las promesas de Dios son para otras personas, no para ti. ¿Sientes que la bondad de Dios siempre te pasa por alto? Puede que tengas un espíritu de orfandad. Muchos cristianos no creen que el Padre celestial les ama y les acepta. Puede que hayan sido rechazados por sus padres, o carecieron de afirmación paternal. El dolor de la vida puede bloquear nuestra habilidad para ver a Dios como ÉL es. Pero si le has entregado tu vida a Cristo, el Padre te ha adoptado. Él se deleita en ti, y te ha dado derechos plenos de herencia. ¡Sus promesas son para que las reclames!
  4. Dios siempre está enojado contigo. Muchos creyentes basan su relación con Dios en su rendimiento. Si leen sus Biblia y oran todos los días, sienten que están “del lado bueno” de Dios; si se perdieron su devocional matutino, asumen que Él está molesto. Al diablo le encanta esta mentalidad legalista, porque nos impide experimentar la gracia de Dios. Debes llegar al entendimiento de que el Padre no te ama por lo que haces; ÉL te ama porque eres Su hijo. Él es lento para enojarse y grande en misericordia. Cuando permitas que esta verdad penetre tu alma, disfrutarás verdadera intimidad con Jesús.
  5. Tus errores pasados te descalifican. Conocía recientemente a un varón cristiano que ama a Dios con todo su corazón, sin embargo, se sienta en la última banca de su iglesia cada semana, sintiéndose inferior, porque cometió adulterio hace 35 años. Su esposa lo perdonó, y él se arrepintió de su pecado, pero asume que lleva una letra escarlata alrededor de su cuello, y que ha sido desterrado a un páramo espiritual. ¡Esa es una mentira! Si te has arrepentido por tu pecado, Dios te ha perdonado ¡y lo ha olvidado! Nada puede separarte del amor de Dios – ni el aborto, ni el divorcio, ni el pecado sexual ni ningún otro error incalificable del que te hayas arrepentido.
  6. Has cometido el pecado imperdonable. He aconsejado a varios cristianos atribulados que leyeron Mateo 12:31-32, y decidieron que habían blasfemado contra el Espíritu Santo, y por lo tanto no podían ser salvos. Esta es una ridícula noción, porque una persona que ha cometido el pecado imperdonable, mencionado en este pasaje, no se preocuparía si hubiera blasfemado. Si estás preocupado porque hiciste esto, ¡entonces no lo hiciste! Tu corazón se ha vuelto a Dios y quieres complacerle. Esa es la evidencia solamente de Su gracia obrando en ti.

Romanos 8:1 es uno de los versos más liberadores en la Biblia. Declara: “Por tanto, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús.” ¡Esta promesa es para ti! Jesús tomó tu pecado y quitó la culpa de tu registro. Y Su sangre es más poderosa que cualquier mentira que Satanás haya echado sobre ti.

Ahora estás calificado. Tu pasado es irrelevante. No tienes que trabajar para ganar el amor de Dios. Cuando el Padre te mira, no ve tus pecados pasados ni luchas presentes; Él ve una vestidura de justicia. Renuncia a las mentiras del diablo y cree en la promesa de Dios. Él te ama con un amor indescriptible, incomprensible e incondicional

Vía: Charisma Magazine

Acerca de Toto Salcedo

Comunicador Radio-TV RR.SS Libro: Revolucion desde adentro Pastor EKKLESIA

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