Te di la casa de tu señor, y sus mujeres, y los reinos de Israel y de Judá. Y si eso no hubiera sido suficiente, te habría dado mucho, mucho más. ¿Por qué, pues, has despreciado la palabra de Jehová y has hecho esta maldad? Porque tú mataste a Urías, el hitita, con la espada de los amonitas, y robaste a su mujer.
– 2 Samuel 12: 8-9
La vida del rey David se llenó de numerosos triunfos, conquistas y éxitos. Solamente tomó a Goliat con una honda y una piedra. Él escribió muchos de los salmos de los cuales encontramos paz en nuestros tiempos de dificultad. Él presidió la nación de Israel y fue considerado por muchos como su máximo líder.
David también aprendió una dura lección sobre la importancia de la confianza. Mientras estaba sentado en su azotea un día (cuando debería haber estado en guerra), vio Bathsheba bañarse y envió a buscarla. Este acto condujo al adulterio, al asesinato de Urías el hitita, ya un encubrimiento de toda la situación. Sólo cuando el profeta Natán confrontó a David acerca de sus acciones, el rey pidió perdón a Dios. Sin embargo, el Señor no dejó que para David fuera fácil. El niño que engendró con Betsabé murió, hubo una constante amenaza de asesinato en su familia, y su hijo Absalón causó problemas a David hasta que murió en la batalla.
Cuando se confía en alguien con un papel de liderazgo, se les da la oportunidad de usar sus talentos, tiempo e influencia para causas más grandes que ellos mismos. A medida que toman buenas decisiones mientras muestran integridad y preocupación por los demás, ganan confianza. John Maxwell compara esto con poner el cambio en su bolsillo. Sin embargo, cuando traicionan esa confianza, se vuelve difícil recuperar. Además, el líder tiene que pagar parte de su cambio a la gente. Cuando uno se queda sin cambio, la confianza se ha ido. Y cuando la confianza se ha ido, el líder deja de ser un líder.
La historia del rey David debe servir como un recordatorio de la importancia de la confianza y de la rapidez con que puede desaparecer. Permita que Dios moldee y perfeccione su carácter para que sus decisiones inspiren a otros a confiar en sus habilidades
Vía: Revista Ministry Today