Max Lucado
Cuando mis hijas eran pequeñas, ocasionalmente gritaban en medio de la noche. El viento rozaba una rama contra una ventana. Ellas escuchaban un ruido en la calle. Gritaban, “¡Papi!” Yo hacía todo lo que los papás hacen, ¡avisarle a su mamá! Es una broma. Me apresuraba a llegar a su dormitorio. Cuando lo hacía, la atmósfera cambiaba. ¿Ruidos extraños? No importaban. Papi estaba aquí.
Necesitas saber esto: tu Padre está aquí. Aquí como el Comandante. Aquí con sus ejércitos celestiales. Esta es la promesa que Dios te da. Él está contigo. “y sometió todas las cosas bajo sus pies” (Efesios 1:22). Toda autoridad le ha sido dada a Él. Solo necesita levantar un dedo, y miles y miles de poderosos ángeles responderán a su llamado.
Vía Max Lucado