La Escritura dice en Romanos 5:20 que “cuanto más vemos nuestra pecaminosidad, vemos más la gracia abundante de Dios.” Abundar es tener en excedente, una abundancia, una porción extravagante.
¿Debería el pez en el Pacífico preocuparse porque se quedará sin mar? No. ¿Por qué? El océano abunda en agua. ¿Necesita la alondra estar ansiosa por encontrar espacio en el cielo para volar? No. El cielo abunda en espacio.
¿Debería el cristiano preocuparse porque la copa de misericordia se vacíe? Puede, pues puede que no esté consciente de la abundante gracia de Dios. ¿Y tú? ¿Estás consciente de que la copa que Dios te da, desborda de misericordia? O ¿tienes miedo de que tu copa se seque? O ¿tus errores son demasiado grandes para la gracia de Dios? Dios no es miserable con su gracia. A tu copa le puede faltar todo, ¡pero está rebosando de misericordia!
Vía: Max Lucado
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