Comparados con ellos, parecíamos langostas, y así nos veían ellos a nosotros.
—Números 13:33
Una de las historias más desgarradoras del Antiguo Testamento se cuenta en Números, cuando los israelitas desobedecieron a Dios y se negaron a tomar posesión de la tierra que Él les había preparado. Como en sus mentes se veían pequeños y débiles—creían que eran como langostas ante gigantes—no fueron capaces de cumplir con el llamado de Dios. En cambio los gigantes, que habían tenido miedo del pueblo de Israel, fueron empoderados por el miedo de los israelitas.
ORACIÓN
Padre, me niego a dejar que el miedo me prive de lo que tienes hoy para mí. Estoy abierto a nuevas oportunidades. Atravieso puertas abiertas. No temeré a los nuevos desafíos que se me presenten porque tú me estás guiando con tu mano y me conduces a tu perfecta voluntad. Rehúso recibir las palabras negativas del acusador. Repetiré solo lo que tú dices de mí. Tengo la mente de Cristo y por lo tanto busco las cosas de arriba y no las de abajo. En el nombre de Jesús, amén.
Vía: Devocional de Cindy Trimm