!!Ay del impío! Mal le irá, porque según las obras de sus manos le será pagado
Isaías 3:11
Una prueba vital de un profeta es su voluntad de hablar una palabra dura de Dios, luego su voluntad de aceptar el reproche y la persecución resultante que es la carga normal del ministerio profético. Esta es una prueba de entrega y consagración a Dios. Otra prueba vital es poder permanecer en silencio cuando Dios no ha hablado, independientemente de la aparente necesidad del momento. Esta es una prueba de honestidad e integridad ante Dios. Una tercera prueba vital es la voluntad de permanecer en silencio sobre algo que Dios te ha revelado claramente, pero que requiere que sigas callado. Esta es una prueba de madurez y seguridad en Dios. Algunos profetas quieren asegurarse de que siempre se les acredite haber recibido la revelación de Dios. A veces son como niños que conocen un secreto y no pueden soportarlo; tienen que contárselo a alguien.
ORACIÓN
Pon a prueba mi entrega y consagración a Ti, oh Dios. Constrúyeme en honestidad e integridad ante Ti. Haz que crezca en madurez y seguridad en Ti. Entonces estaré preparado para ser tu portavoz.
Sólo porque Dios divinamente te abre los ojos a una cierta revelación no necesariamente significa que se supone que tienes que compartirlo.