Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo. … Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
Juan 6:51, 53-54
Un buen ejemplo de Dios ofendiendo intencionalmente a la gente está en Juan 6. Jesús alimentó a cinco mil personas con los peces y los panes multiplicados. Ahora esperaban que el Mesías se probaría a sí mismo con alguna gran señal, algo más que multiplicar el pan o sanar a la gente. Le estaban pidiendo a Jesús que hiciera algo como el maná del cielo otra vez. Jesús los ofendió en sus mentes teológicamente diciendo que Él era el pan que descendió del cielo. Ofendió sus expectativas al negarse a darles la señal esperada. Él ofendió su sensibilidad y su dignidad sugiriendo que comieran Su carne y bebieran Su sangre. Jesús conocía sus corazones, que la mayoría de ellos amaba su tradición más que a Dios. También sabía que los que le seguían, como se dice en Juan 6, lo hacían con motivos encontrados. Él reveló sus corazones al ofender intencionalmente sus mentes.
ORACIÓN
Cuando me siento ofendido por Tu Espíritu, haz que me arrepienta inmediatamente y que recuerde que Tú ofendes para redimirme. Revela mi corazón a través de tu ofensa, y llévame al arrepentimiento y a la restauración.
La ofensa de Dios es redentora. Él ofende las mentes de las personas con el fin de revelar sus corazones.
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