Al que puede impedirte caer y presentarte ante su gloriosa presencia sin falta y con gran gozo; al único Dios nuestro Salvador sea la gloria, la majestad, el poder y la autoridad, por medio de Jesucristo, nuestro Señor, antes de todas las edades, ahora y para siempre! Amén.
-Judas 24-25
¿Puedes creer esto? Jesús tiene la habilidad y la intención de presentarte con gran alegría ante el Padre. En ese último día me puedo imaginar a un ángel saludándome y diciéndome: “Entonces, ¿qué piensas? Es el Día del Juicio Final. ¿Nervios?” Voy a responder: “¿Nervios? ¡Nah, me encanta estar aquí!” ¿Qué hay de tí? ¿Te encoges cuando piensas en ese día? ¿Temes que Dios te reprenda públicamente, ante todos los santos? ¿Cuál es tu emoción dominante cuando imaginas ese día? Si es miedo o temor, ¿qué dice eso de tu imagen de Dios? ¿Has caído en las mentiras del diablo y has aceptado una visión falsa de un Salvador vengativo y serio? ¿O te imaginas corriendo y abrazando al Señor? ¿Su corazón te salta un latido con anticipación? ¿Te imaginas que Su bondad supera a Su ira? ¿Consideras que el juicio también revela los buenos motivos de tu corazón?
ORACIÓN
Mi corazón está lleno de una alegría indescriptible al pensar en el momento en que estaré delante de Ti en el cielo. Anhelo ver Tu sonrisa de aprobación y ver Tus brazos extendidos en señal de bienvenida.
Tu regalo de justicia, es incomparable, ¡y no puedo esperar!