A Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido. Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; Mi carne también reposará confiadamente;
Salmos 16:8-9
Cuando sabes que Dios te tiene gozo, entonces sucede otra cosa milagrosa: empiezas a disfrutar de ti mismo. Empiezas a gustarte. Prefieres ser tú mismo sobre cualquier otra persona en la Tierra. Este es un cambio revolucionario para la mayoría de la gente. Una mujer oró fervientemente: «Señor, quiero amar a mi prójimo como a mí mismo». El Señor la sorprendió con su respuesta: «Ese es el problema… lo haces. Te desprecias a ti mismo; por lo tanto, desprecias a tu prójimo». Dios quiere que habites en el lugar del gozo y satisfacción personal. Es una posición en la que, en el secreto de tu propio corazón, preferirías ser quien eres que cualquier otra persona. Eso te da una confianza increíble y el deseo de disfrutar y amar a los demás. Los fuegos artificiales se apagan dentro de ti; las corrientes de vida tocan tu ser. No hay nada como despertar en tu propia piel y pensar: «Me alegro de ser quien soy. Gracias, Señor!»
ORACIÓN
Sí, Dios, porque Tú me amas tal como soy, me alegro de que Tú me creaste para ser yo. Me gusta ser amado por Ti, y Tu amor me prepara para amarte a cambio.
Es la voluntad de Dios que usted venga a la cumbre transformadora de la autoaceptación