Porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella…….. Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: !!Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.
Apocalipsis 19:2, 6-7
La esencia del juicio de Dios es Su compromiso de remover todo lo que dificulta el amor en nuestras vidas. Este pasaje describe una escena en el cielo relacionada con el matrimonio de Jesús con su iglesia, que tiene lugar inmediatamente después de que Jesús libera sus juicios aterradores sobre el sistema mundial en el momento de su segunda venida. Como un Dios Esposo preparando a Su pueblo para el gran día de la boda, el foco de la cólera celosa de Dios está dirigido en el juicio de dos cosas: primero, aquellos que se dieron a sí mismos a la inmoralidad; segundo, aquellos que persiguieron a Su pueblo. Ambos asuntos causan daño a Su novia. El principio subyacente a su cólera celosa es: cualquier cosa que dañe la preparación de su novia como su compañera eterna será juzgada.
ORACIÓN
Señor, anhelo que la gran fiesta de bodas se una a Ti en la eternidad como Tu esposa, y a Ti como mi Esposo. Gracias por protegerme del daño y por prepararme para ese gran día de bodas en el cielo.
Dios no permitirá que nada -continúe en nuestra vidas que- impida el desarrollo de nuestro amor.
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