Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad; Afirma mi corazón para que tema tu nombre.
Salmos 86:11
David fue más allá de la determinación de obedecer sinceramente; se convirtió en un estudiante de las emociones de Dios. Quería saber qué maravillas, placeres y cosas temibles llenaban el corazón de Dios. Tenía muchas responsabilidades y desafíos como guerrero y rey, pero gastó sus mejores energías tratando de entender qué emociones ardían en la personalidad de Dios. Tenía un hambre notable de entender las emociones y el corazón de Dios, y como resultado tenía una comprensión única de las emociones, intenciones y pasiones del corazón de Dios. Esta es la única clave, la única motivación que dio poder a David. Y si vamos a seguir sus pasos hacia una comprensión del corazón de Dios, debemos tener la misma motivación. Debemos anhelar saber cómo se siente Dios, cómo se mueven las pasiones de su corazón. A medida que descubrimos las mismas verdades acerca del corazón de Dios, nos encontraremos viviendo de la manera en que David vivió y cumpliendo el llamado de Dios en nuestra generación.
ORACION
Padre, motívame a desear comprender Tus emociones, intenciones y pasiones. Quiero saber lo que Tú sientes, lo que hace que Tu corazón me responda en amor.
Por la unción y la gracia de Dios, debemos convertirnos en eruditos del corazón de Dios.