Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. 3 Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.
Hechos 13:2-3
Mientras Jesús todavía caminaba por la tierra, los discípulos sintieron el amor del Señor por ellos, experimentaron Su abrazo, y sintieron Su profundo celo por ellos. Eran del Señor de por vida. Cuando el Esposo ascendió al cielo, el dolor del deseo y el recuerdo de la intimidad picaron sus corazones con los dolores del deseo del amor. Jesús sabía que los discípulos anhelarían la oportunidad de mirar a los ojos de Jesús y sentir el calor de su cercanía como en tiempos pasados cuando caminaban por las colinas de Galilea. Sin embargo, Dios tenía un nuevo plan para satisfacer su anhelo. Por el Espíritu Santo, el Señor liberaría el cumplimiento del deseo de sus corazones. Cuando buscaban Su consuelo, volvían a experimentar la satisfacción previa que tenían cuando Él estaba tan cerca de ellos. Esto vendría a través del Espíritu Santo revelando a Cristo a través de la Palabra. En ese momento, añadirían el ayuno al anhelo de sus corazones, y sus espíritus se volverían tiernos en amor. Esto es ayunar en la gracia de Dios. El ayuno es absolutamente esencial para desarrollar una experiencia más profunda de devoción a Cristo.
ORACIÓN
Señor, Tu Santo Espíritu puede satisfacer el anhelo de mi corazón. Enséñame a experimentar una devoción más profunda por Ti a través del ayuno del Esposo.
El ayuno del Esposo ablanda nuestros espíritus, ayudando a a recibir libre y profundamente.
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