He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.
Apocalipsis 3:20-21
La novia de Cristo tiene el deseo de ser grande, noble y exitosa. Este profundo anhelo humano es respondido por Dios mientras nos entroniza como Su pareja nupcial por toda la eternidad. Como la novia de Cristo tenemos la posición más alta de honor y autoridad en la eternidad, una posición muy por encima de todos los ángeles. La posición más alta de honor para toda la creación de Dios está reservada para la novia que participará de la mesa de bodas de Apocalipsis 3:20. La novia que se sienta a la mesa festejando con Cristo es la que se sienta con Él en la posición de gobierno y autoridad también. La novia de Cristo es la reina del cielo porque está casada con el Rey de reyes. Los creyentes son sacerdotes y reyes. Como sacerdotes somos amantes incondicionales, pero como reyes estamos en el gobierno de la ciudad de Dios.
ORACIÓN
Señor, Tu deseo de que yo sea Tu novia satisface el profundo anhelo de mi corazón de ser grande, noble y exitoso. Yo soy grande en Ti y gobernaré y reinaré contigo en gloria por los siglos de los siglos.
La grandeza en Dios no está definida por circunstancias terrenales, sino que la magnificencia de Dios se centra en Su grandeza.