Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.
Salmos 27:4
Este fue el tema número uno de la vida del rey David. Tenía el deseo de estar fascinado, de llenarse de maravillas, de asombrarse y de maravillarse. Nuestro fascinante Dios nos creó con la necesidad de estar fascinados. La Palabra promete que la Rama del Señor, que es un término para el Mesías en Su humanidad, será vista en Su belleza a través de toda la tierra. El Padre usará la belleza de Jesús al final de la era para fascinar a la iglesia del los días finales con Jesús. El Espíritu Santo escudriña las cosas profundas de la belleza de Dios, y el Padre le ha concedido permiso para impartir aspectos de esta revelación a usted y a mí. Dentro de mil millones de años en el cielo todavía estaremos descubriendo nuevas dimensiones del vasto océano de la belleza de Dios.
ORACIÓN
Como David, anhelo ser fascinado por tu gloria. Tu belleza me llena de asombro y maravilla. Nunca dejaré de ser motivado por Tu amor para llegar a ser más y más como Tú.
Vivir delante de Dios incluso con una medida inicial de temor cambia completamente la forma en que vemos el pecado
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