Te amo, oh Jehová, fortaleza mía. Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio. Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, Y seré salvo de mis enemigos
Salmos 18:1-3
Muchos cristianos que se acercan a otros se consumen rápidamente porque se lanzan al ministerio antes de establecer en sí mismos los fundamentos para ser amantes de Dios. El desaliento, la desesperación, el aburrimiento y la frustración ocurrirán inevitablemente si no reconocemos que somos llamados primero a ser amantes. La recompensa de nuestro trabajo es que llegamos a disfrutar de ser un amante como la principal preocupación de nuestras vidas. Es un placer incomparable. Como amante primero; ahora, cuando experimento ataques de otras personas, cuando soy menospreciado, cuando las cosas no funcionan, cuando llega la decepción mientras estoy trabajando por el evangelio, siempre puedo volver al lugar secreto. Todavía tengo un lugar secreto de gozo donde estoy inmerso en el conocimiento de que Dios me ama. Aquí es donde Dios me imparte un poco del amor del Padre por Su Hijo. Esto es verdadero placer espiritual!
ORACIÓN
Señor, Tú me has privilegiado para compartir Tu intimidad como Tu novia. Es esa relación de amor la que me permite cumplir Tu voluntad para mi vida. Yo soy Tu ser amado.
Dios nos formó para recibir amor y ser recipientes a través del cual Su afecto fluye de regreso a Él.