Mientras sea de día, debemos hacer el trabajo de aquel que me envió. Se acerca la noche, cuando nadie puede trabajar.
-Juan 9: 4-5
Dios quiere que seas un amante trabajador. Quién eres es el amante, y lo que haces es el trabajo. No debes ser solo un trabajador que lucha por amar a Dios. En cambio, eres un amante de Dios. Ser amantes es nuestra identidad. Es quienes somos. Somos amantes de Dios que trabajan, no al revés. En un mundo caído, queremos hacer algo para ser alguien. Con Dios, exactamente lo opuesto es verdad. Dios quiere que seamos amantes para que trabajemos. Es extremadamente importante que lo que hacemos fluya de quiénes somos. También es importante que no vivamos de la motivación egocéntrica de tratar de ser algo y buscar lograr más. Con mentes que no se renuevan, trabajamos para sentirnos importantes y parecer importantes a los ojos de los demás. Dios espera todo lo contrario de eso. No somos primeros guerreros; somos primero una novia Somos los primeros amantes, y luego hacemos los actos de guerra.
ORACIÓN
Señor, es una comprensión de Tu gran amor lo que me motiva a luchar contra el enemigo por las almas de los perdidos. Mi amor me obliga a traerte otros.
Dios quiere que seamos algo antes que hagamos algo