El dios de este siglo ha cegado las mentes de los incrédulos, de modo que no pueden ver la luz del evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios.
-2 Corintios 4: 4
Jesús no tuvo pecado, pensamiento equivocado o motivos impuros que le dieran a Satanás acceso legal a su vida. Satanás no pudo encontrar nada en Jesús -ni siquiera una pulgada cuadrada de territorio- que pudiera reclamar y así obtener acceso al corazón de Jesús. El enemigo busca continuamente ocasiones en las que pueda obtener un punto de entrada legal en nuestras vidas. El pecado y la ignorancia espiritual abren la puerta e invitan a su dominio sobre nosotros. Esta oscuridad es como un velo que oscurece la luz liberadora del evangelio en las mentes de los incrédulos.
ORACIÓN
Brilla tu gloria en mi vida e ilumina los rincones oscuros de mi corazón donde Satanás intenta llegar. En tu espíritu me resisto a su ataque. Solo deseo irradiar la luz de tu vida divina.
Como un tiburón es atraído por la sangre, el diablo es atraído a las mentiras y la oscuridad.