Pero gracias a Dios, que siempre nos guía al triunfo en Cristo y por medio de nosotros extiende a todas partes la fragancia del conocimiento de él. Porque somos para Dios el aroma de Cristo entre los que se salvan y los que se pierden.
-2 Corintios 2: 14-15
Cuando vemos a Dios en otra persona, ya sea en sus acciones, palabras o espíritus tranquilos, una frescura pura toca nuestros corazones. Cada vez que el Espíritu de Dios nos permite romper una esclavitud o triunfar sobre una adicción o debilidad y llegar a la victoria, esa conquista libera en nosotros más de la fragancia de nuestro glorioso Padre.
ORACIÓN
Señor, veo Tu presencia en algunos de los bellos cristianos que entran en mi vida. Eso es lo que quiero ser en mi vida también, querido Señor. Quiero que tu amor irradie de mi vida a las vidas de aquellos que pasan a través de mi vida o permanecen en ella.
El ministerio en su definición más básica es el manifestación del conocimiento de Dios a través de nuestras vidas.