¿Y si realmente vieras las oraciones que haces? ¿Las oraciones siendo oradas por ti? En la visión de Juan del cielo, en Apocalipsis 8:5, vio las oraciones de los santos ascendiendo con incienso a la presencia de Dios. Y allí había ruido, truenos y relámpagos, y un terremoto. Contempla el poder de la oración. Tú pides a Dios por ayuda, y ¡bam! Levantas tus preocupaciones al cielo y ¡llega la turbulencia!
Adelante. Ponte en pie en nombre de los que amas. Y sí, ponte en pie en nombre de aquellos a quienes no. La manera más rápida de apagar el fuego de la ira, es con un baño de oración. En lugar de regañar, despotricar, o buscar venganza… ora. La Escritura nos dice (Lucas 23:34) que, mientras colgaba de la cruz, Jesús intercedió por sus enemigos. ¿No deberíamos hacer lo mismo? Orar, luego esperar que tierra se sacuda.
Vía: Max Lucado