Max Lucado
Todos los barcos que desembarcan en la orilla de la gracia, partieron desde el puerto del pecado. Debemos comenzar donde Dios comienza. No apreciaremos lo que la gracia hace, hasta que entendamos quienes somos. Rebeldes. Somos Barrabás. Y como él, merecemos morir.
Cuatro paredes de prisión, engrosadas por el miedo y el odio, nos rodean. Estamos encarcelados por nuestro pasado, nuestras bajas decisiones, y nuestro elevado orgullo. Hemos sido encontrados culpables. Nos sentamos en el suelo de tierra de la celda. El eco de las pisadas de nuestro ejecutor, golpea las paredes de piedra. Sabemos lo que va a decir. “Tiempo de pagar por tus pecados.” Pero escuchamos algo diferente. “Eres libre para irte. Tomaron a Jesús en tu lugar.” La puerta se abre y el guardia grita, “Fuera.” Nos encontramos de pronto a la luz del sol de la mañana, sin grilletes, con los crímenes perdonados, preguntándonos, ¿qué acaba de pasar? ¡Sucedió la gracia!
Vía: Max Lucado