BILLY GRAHAM EVANGELISTIC ASSOCIATION
“Cual ciervo jadeante en busca del agua, así te busca, oh Dios, todo mi ser.” (NVI)
El agotamiento – es real, y puede tener consecuencias importantes. Puede dejarte vacío, desalentado y exhausto, con poca energía para Dios. ¿Te suena familia? Tal vez sea hora de reaprovisionar. Empieza aquí.
1. Aléjate. “Vengan conmigo ustedes solos a un lugar tranquilo y descansen un poco.” (Marcos 6:31, NVI)
No tienes que usar días de vacaciones o conducir muy lejos para tomar un descanso con Dios. Puedes escoger un lugar cercano, para relajarte y simplemente disfrutar de Su presencia. Aquí, algunas ideas: un parque, una piscina, una hamaca o silla mecedora, un rincón tranquilo en una heladería o cafetería, una librería o biblioteca, etc. Podrías incluso poner algo de música, o escribir un diario.
Si te gusta estar activo, trata ir en una caminata o paseo en bicicleta, kayak, hacer un picnic, jardinería o pintura. Alejarse no tiene por qué significar cambiar tu ubicación física, siempre y cuando te alejes de las tensiones cotidianas, para pasar tiempo con Dios.
2. Quédate Quieto. “Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios.” (Salmos 46:10, NVI)
Tomarse el tiempo para “estar quieto” hoy puede ser más difícil que nunca. Demasiados gritos de nuestra atención en este acelerado mundo digital. En la Biblia, el profeta Elías escuchó a Dios en la forma de un “suave murmullo” (1 Reyes 19:12). Si no tomamos tiempo intencionalmente para bajar el ruido de la vida y estar quietos, podríamos perder el mensaje silencioso de Dios en nuestros corazones.
Parte de estar quietos significa tomar un descanso de las exigencias del trabajo, escuela y otras actividades, y enfocarnos en Dios. Si te apartas un día a la semana para descansar y adorar, ahora es un buen momento para empezar.
3. Escucha. “Escuche esto el sabio, y aumente su saber; reciba dirección el entendido.” (Proverbios 1:5, NVI)
A menudo, Dios nos habla en una voz quieta y apacible. Otras veces, Él envía un mensaje significativo a través de una persona, o experiencia, en el momento correcto. Sin embargo, la preocupación, el estrés y la creciente lista de cosas por hacer, pueden saturar nuestra mente y nos impiden escuchar.
4. Medita. “Sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella.” (Salmos 1:2, NVI)
Hay tantos pensamientos hacinados en nuestra mente, que puede ser difícil enfocarnos. Estamos presionados a mirar en todas direcciones, con esta persona o ese algo que demanda nuestra atención. Pero entonces, llegamos a un verso como Salmo 1:2, el cual nos dice que meditemos en la Palabra de Dios. ¿Cómo hacer eso exactamente? ¿Y con una agenda tan agitada?
5. Estar Presente. “Marta, Marta —le contestó Jesús—, estás inquieta y preocupada por muchas cosas, pero sólo una es necesaria. María ha escogido la mejor, y nadie se la quitará.” (Lucas 10:41-42, NVI)
¿Te encuentras atravesando demasiado ajetreo que no puedes disfrutar realmente de un momento especial? Como la historia de María y Marta, en Lucas 10 revela, no podemos darnos el lujo de estar demasiado ocupados o distraídos, y no ser capaces de escuchar la voz de Dios, experimentar Su presencia, y honrar Su bondad.
Vía: Charisma Magazine