Se acercó tímidamente después de la conferencia. Ansiosa, confundida y desaliñada, se sentó a nuestro lado y comenzó a narrar su triste historia.
“Soy mamá soltera. Dada mi situación económica, tengo dos trabajos. Durante un tiempo dejé a mi pequeña hija de tres años al cuidado de mi papá. Una noche, hace algunos meses, mientras la bañaba, me pidió que la ‘besara con mi lengua’ como lo hacía su abuelo y, con su dedito, señaló sus partes más íntimas. Entré en pánico. No supe qué hacer. El mundo parecía desmoronarse a mi alrededor. No podía creer que tal cosa me estuviera sucediendo. Esa noche no dormí. A la mañana siguiente confronté a mi papá y, como supuse, negó rotundamente lo ocurrido con total caradurez. Él es un hombre áspero con la familia, pero dulce y amoroso con los demás, especialmente con los niños. Frecuenta el culto umbanda y, desde hace tiempo, hay rumores de que habría abusado de varias menores en el barrio. ¡Ahora estoy convencida de que es verdad!”
¿Qué hacer cuando el abusador es un familiar?
Usted es responsable de denunciar el hecho ante la justicia. En su libro Límites, los Dres. Henry Cloud y John Townsend dicen: “No es suficiente enfrentar a la persona irresponsable. Ésta no sentirá la necesidad de cambiar porque su conducta no le causa ninguna molestia. Una persona irresponsable no siente dolor cuando es confrontada con sus actos, sólo las consecuencias son dolorosas. Por regla general, primero tienen que sufrir las consecuencias de sus actos antes de cambiar su comportamiento”. Aunque sea su familiar, esa persona debe hacerse cargo de las consecuencias de su mal proceder, Gálatas 6:7-8. No asuma la responsabilidad por la conducta ajena, ni busque atenuantes.“Para el descarriado, disciplina severa”, Proverbios 15:10.
Igual de importante resulta separar a la nena de la compañía de su abuelo para evitar que se repita el abuso. Dios limita su exposición a las personas malvadas; lo mismo deberíamos hacer nosotros. La Biblia nos exhorta a alejarnos de las personas destructivas, Mateo 18:15-17; 1 Corintios 5:9-13. No poner límites adecuados, en el momento oportuno y a la persona apropiada, puede resultar desastroso. En las familias abusivas, se debe poner distancia física y emocional con el abusador. Finalmente, una mamá que sabe que su hija ha sido abusada sexualmente por su propio padre, seguramente guardará rencor, odio y resentimiento. Un paso muy importante es soltar perdón. El perdón es unilateral y significa librar nuestro corazón del deseo de venganza (esto no significa evitar la denuncia). El perdón tiene que ver con usted y sus emociones. Perdonar se refiere al pasado. Hay personas que creen que perdonar es mantener la convivencia con el abusador. Creen que si se alejan es porque no han perdonado. Eso no es verdad. Necesitamos perdonar siempre, pero no siempre logramos la reconciliación.
La reconciliación y los límites se refieren al futuro. Dios perdonó al mundo, pero no todo el mundo está reconciliado con él. Basta una persona para perdonar, se precisan dos para la que se reconcilien.
Perdone, pero proteja su corazón y todo cuanto ama, bien vale el esfuerzo. Una vez terminado este proceso, siga adelante con su vida. No permita que el abusador siga ocasionando daño, déjelo atrás con todo el pasado de dolor que representa. Con la ayuda de Dios usted puede elevar su mirada y recibir la fuerza del cielo para caminar mirando el futuro y no anclado en el pasado. Con Cristo, usted puede.