Porque el Señor se complace en su pueblo; Él embellecerá a los humildes con la salvación.
– Salmo 149: 4
Si en el centro de tu fe es un Dios que sonríe, entonces no es difícil entender esta siguiente verdad acerca de Él: Él te está sonriendo mientras tú respondes a Él en obediencia voluntaria. Su sonrisa infinita se extiende sobre Su creación. Él está encantado en sí mismo y en el desbordamiento de esa delicia, pero especialmente disfruta de los seres humanos que responden a la gracia que ofreció libremente en Cristo Jesús. Esto se aplica a cada uno de nosotros de manera individual y única. Dios tiene afecto y disfrute por ti incluso en tu punto más débil. Él realmente gusta de tí! ¡Qué concepto tan poderoso! No sólo disfruta, sino que también sonríe cuando te mira.
ORACIÓN
Tu sonrisa calienta mi corazón y emociona mi alma. Es más allá de mi comprensión que Tú sonrías por mí, pero sé que lo haces, y me concentraré en esa sonrisa mientras viva.
Este debe ser el fundamento de nuestra teología: Nuestro Dios es un Dios que sonríe.
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