Steve Murrell
Parece que la doctrina de la gracia de Dios está siendo predicada, enseñada, blogueada y titeada más que nunca. Eso es algo bueno.
Pero algunas veces, lo que está siendo predicado, enseñado, blogueado y twitteado acerca de la gracia es malentendido, mal aplicado y mal interpretado. Eso no es algo bueno.
Recientemente estuve en el Taller de Compositores de Alabanza de Todas las Naciones, con 25 compositores de Singapur, India, Malasia, Japón, Indonesia, Guam y Filipinas. No te preocupes, no estuve cantando o componiendo. Estuve enseñando la Biblia, a fin de dar a nuestros escritores, ideas para las canciones de adoración.
Uno de los temas acerca del que hablé fue la transformación por la gracia de Dios. Traté de comunicar que la gracia no solo nos perdona, sino también nos transforma de adentro hacia afuera. Desafié a nuestros compositores a crear canciones acerca del poder de la gracia de Dios para cambiarnos. Escribieron algunas canciones grandiosas que estoy seguro, tu cantarás en tu iglesia en los próximos años.
¿Por qué escribir canciones acerca de la gracia transformadora de Dios? Se ha convertido en algo común, escuchar de la gracia, predicando o cantando, pero cosas que muy poco tienen que ver con la gracia bíblica. La gracia moderna borra la culpa del pecado pero no rompe el poder del pecado. La gracia bíblica perdona y transforma.
Aquí un par de versos acerca de esto:
“En verdad, Dios ha manifestado a toda la humanidad su gracia, la cual trae salvación y nos enseña a rechazar la impiedad y las pasiones mundanas. Así podremos vivir en este mundo con justicia, piedad y dominio propio.” (Tito 2:11-12, NVI)
De acuerdo a Pablo, la gracia no solo perdona el pecado; nos enseña a decir no al pecado. También nos enseña a vivir una vida de auto control y llena de Dios. La gracia no es una licencia para continuar en el pecado sino para detenerlo.
“Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.” (Romanos 5:17)
En este pasaje, Pablo está enseñando a los romanos que ellos pueden “Reinar en la vida” no por el esfuerzo humano y la afiliación religiosa, sino por “Recibir la abundancia de la gracia.” La gracia de Dios es abundante, y nos empodera para reinar, para vencer, para ser victoriosos.
La gracia debe cambiarnos. ¿Su gracia te está cambiando?