Padres, ¿Qué están aprendiendo tus hijos y los demás de tu adoración? ¿Ven la misma emoción que cuando vas a un partido de fútbol? ¿Te ven prepararte para adorar como cuando lo haces para una vacación? ¿Te ven hambriento de llegar, buscar el rostro del Padre? O ¿Están otros buscando el rostro del Padre mientras tú estás mirando tu reloj? ¿Te ven contento de dejar el camino por dónde viniste? Ellos están observando. Créeme. Están observando.
¿Llegas a la iglesia con un corazón hambriento de adorar? Nuestro Salvador lo hizo. ¿Puedo exhortarte a que seas así como Jesús? Prepara tu corazón para adorar. Deja que Dios cambie tu rostro a través de la adoración.
Tu adoración de corazón es un llamado misionero. Deja que otros escuchen la pasión de tu voz cuando vean la sinceridad en tu rostro, y puede que sean transformados. ¡Sé que lo harás!
Vía: Max Lucado
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